Siempre, en toda familia y en todo círculo de amigos, existe esa persona que es especialista en hablar en público. Pero tú no eres ese personaje, y resulta que llega el día del matrimonio, y a ti te tocó dar el discurso de boda. Si hubieran encargado a alguien así un minuto antes, con toda seguridad habría logrado algo interesante.
Pero es tu día y en el brindis quieres expresar tus emociones, pero aún no se te ocurre nada y ya faltan pocos días. Calma. Estos pasos te van a ayudar a lograr un discurso de boda perfecto.
1. Duración
El primer consejo que deberías tener en cuenta en la época en que los protocolos resultan cada vez menos importantes y la gente no quiere tener que estar esperando, es que no ocupes mucho tiempo, entre 3 y 5 minutos será un tiempo apropiado. Si elaboras un texto de entre 400 y 600 palabras, tendrás suficiente; esto prácticamente es una cuartilla u hoja tamaño carta. Ocupar menos tiempo podría ser insuficiente para expresar tus ideas y podría dar la sensación de que no lo preparaste. Y no quieres que los novios, que confiaron en ti, piensen eso.
2. Tono
El lenguaje decimonónico déjalo para los amantes de la poesía de otras épocas. Lo más agradable al oído es la voz hablada. Así que escribe tal y como hablas. No utilices palabras que no le corresponden a tu léxico diario. Está bien que digas cosas bonitas, pero no necesitas palabras raras. Son habituales encontrarnos con situaciones en las que el encargado del discurso usa términos que no corresponden a la cotidianidad, donde hace más difícil concentrarnos en el mensaje… y hasta logra soltar algunas risas. No te pierdas estas 23 frases para el brindis de tu boda.
3. Ordena tus ideas
Bien, con esas dos consideraciones presentes, pongamos manos a la obra. Lo primero que te invitamos a hacer es una lista con las cosas que quieres decir, este es un pequeño ejemplo:
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- Agradezco su amistad
- Me alegra que estén casados
- Espero que les vaya bien
- Sepan que cuentan conmigo
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Una vez hayas logrado discernir en pequeñas frases cuáles son las ideas que quieres exponer en el día en que tengas que presentar el discurso, ubícalas en el momento que les corresponda. Hay tres momentos básicos que puedes identificar: una introducción, el cuerpo del discurso y el cierre del discurso.
4. Introducción
Para la introducción conviene, en primer lugar, si no eres la novia o el novio, que te presentes: cómo te llamas y cuál es tu relación con los novios; padre de la novia, amigo del novio, madrina… Luego de eso vendrá bien dar los saludos correspondientes. Así que, también, haz la lista de las personas a las que quieres dirigirte especialmente. Si, por ejemplo, eres el novio, estará bien que saludes a los padres de la novia, a tus padres, tal vez al wedding planner agradeciendo su gestión, la lista debes decidirla tú. Luego, agradece a todos los asistentes por su participación en la boda.
En la introducción puede venir bien un momento en el que rompas el hielo, una buena idea es tomar una anécdota (nada demasiado revelador) que haga que los invitados se rían para lograr empatía contigo o alguna frase, no muy larga o compleja, que pueda abrir paso a ideas que vas a desarrollar posteriormente. Para ejemplo te recomiendo una frase de un personaje con mucha aceptación social, el Papa Francisco: ‘el matrimonio es un trabajo para siempre, pero no hay que asustarse. Se puede construir día a día’, esa frase tiene algo de humor, puedes buscar una más romántica de alguno de tus autores favoritos o de alguna canción. Consejos del Papa Francisco para tener un matrimonio feliz.
5. Cuerpo
Luego vendrá lo más importante de tu discurso. Este será el punto en el que puedes desarrollar la idea que mencionaste con la frase o que querías iluminar con la anécdota y dar los demás mensajes importantes para ti: exaltar las cualidades de los novios, agradecer al uno o al otro, hacer algún chiste acerca de recomendarlo a la pareja (nada que tú mismo sientas que puede estar fuera de lugar), ofrecerles tu amistad y compañía en esta nueva etapa de sus vidas, manifestar tu confianza en su capacidad para tener una familia admirable… Lo que quieras decirles, una idea tras otra. Si te sale con algo de humor, mejor; si no, no hace falta impostarlo, recuerda el tono natural.
6. Y por último: el cierre
El discurso suele darse en el momento del brindis, así que puedes decirle a los invitados que levanten sus copas y se pongan de pie. Si no, acude a una frase que señale el final de tu texto: ‘Bueno, creo que ya es justo que celebremos así que quiero cerrar deseándoles…’, por ejemplo. Para este momento viene bien que crees una frase que condense los anhelos que tienes para esta pareja, se me ocurre algo así: ‘que así de sonrientes como se ven ahora, puedan permanecer en todos los momentos de su vida matrimonial’. ‘Salud’, ‘Dios los bendiga’ o un simple ‘gracias’, le darán por entendido a los asistentes que el discurso ha terminado.
Los artistas saben que los nervios, además de ponerte en actitud de alerta, son un poderoso aliado para la creatividad. Así que posiblemente te ayuden (dependiendo de tu personalidad), a tener una charla más cercana. Solo no te dejes vencer por los mismos y, si crees que tu memoria no da para sostener el esqueleto de ideas que armaste, entonces lleva todo en tu celular o en un papel (que ojalá no se vea arrugado), para que puedas lucirte.
Otra opción – diferente – en el discurso de boda es que realices una presentación audiovisual con música de fondo y fotografías de los novios, en lugar de hacer el discurso y luego solamente realizar el brindis, algo muy emotivo para todos. Si quieres que el discurso quede en video, conocer a los mejores videógrafos para bodas te puede resultar muy útil. Y si eres la novia, ¡Ya sabes que todo lo que necesites lo encuentras en Zankyou!
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